lunes, 23 de noviembre de 2020

largar


El cautiverio no más cautivo, sentado en los sauces, esperando amargamente su nueva muerte. Mientras que la corriente me lleva a lugares aún insospechados pero con aire de sabor.

Quietud interminable e intermitente, bailes en los sueños corriendo y respirando. Fotos del mañana, aún no reveladas, arrugas incipientes, fragatas en la tormenta. Delirios cautos, coherentes, pensados.

Pastillas para dormir y soñar. Mañanas sinuosas, cansadas, arrebatadas

Ojos que me observan en un jurado invisible e inexistente

Ganas de correr en un verde prado y no parar