El cautiverio no más cautivo, sentado en los sauces, esperando amargamente su nueva muerte. Mientras que la corriente me lleva a lugares aún insospechados pero con aire de sabor.
Quietud interminable e intermitente, bailes en los sueños corriendo y respirando. Fotos del mañana, aún no reveladas, arrugas incipientes, fragatas en la tormenta. Delirios cautos, coherentes, pensados.
Pastillas para dormir y soñar. Mañanas sinuosas, cansadas, arrebatadas
Ojos que me observan en un jurado invisible e inexistente
Ganas de correr en un verde prado y no parar
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