Quietud de la noche, una gaseosa fresca casi sobre el final,
el reloj marca una hora elevada. Las hojas del libro que leo bostezan conmigo.
Quiero que la noche no se acabe, tengo sueño pero no quiero dormir, quiero
saborear este momento, aún con sueño, aún con cansancio...para respirarlo,
acariciarlo...aunque la noche continúe lentamente su viaje. Ignorante de qué mañana vendrá, indiferente si lloverá o no...Es hora de irme a la cama y cerrar los
ojos y el alma, hasta el otro día, esperando impacientemente la próxima silenciosa, cálida y aún lejana noche.
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